martes, 12 de abril de 2011

¿Como estudiar?

Muchos nos hemos preguntado siempre ¿como podemos estudiar verdad?, bueno con los siguientes tips, lograras aprender esto de una vez por todas y asi mejoraras tu rendimiento escolar.


¿Como estudiar?

¡eterno dilema!
Los siguientes consejos te servirán para estudiar en forma fácil, cómoda y rápida:

- No es conveniente que estudies con hambre, pero tampoco recién después de comer, trata de buscar el momento justo.
- Siempre procura tener buena iluminación y ventilación.
- Cuida tus notas o apuntes, asegúrate de tenerlos al día, que no falte nada a la hora de estudiar, para no distraerte llamando por teléfono a tus amigos o compañeros de curso.
- Cuando tengas que leer un texto, primero haz una lectura general, y después subraya lo importante. Te ayudará a recordarlo mejor.
- Trata de acostarte temprano para rendir mejor durante el día. Si estás cansado, será más difícil trabajar.
- El estudiar sólo es bueno. Pero si lo haces en grupo deberán aprender a organizarse en forma responsable.

Si no estás dispuesto a esforzarte a diario es mejor que no sigas leyendo.

- Usa un silla cómoda pero no demasiado.
- La iluminación ha de ser buena y por la izquierda (si eres diestro). Por ejemplo es buena idea una lámpara con una ampolleta azul de 60 w . El resto de la habitación ha de tener una luz tenue.
- Estudia en tu habitación. No en la cocina, ni en el comedor. Si no tienes sitio en casa búscate una biblioteca más cercana.
- La zona de estudio debe estar ventilada. Tus neuronas necesitan oxígeno.
- La mesa ha de estar limpia y despejada de aquello que pueda distraerte (tele, equipo de música, juguetes, revistas, muñecos). Pero el lugar de estudio debe ser agradable.
- No se estudia con música. Solo puedes escuchar música suave cuando hagas tareas rutinarias y que no requieran casi nada de concentración.
- Prepara todo aquello que puedes necesitar para luego no tener excusas para levantarte. Bolígrafos, agua, libros...
- Es mejor el estudio individual
- Planifica el estudio: hazte un horario de estudio para diario y uno especial para la semana.
- Ten tu horario en lugar bien visible.
- Que tus periodos de estudio sean de unos 50 minutos alternando con 10 minutos de descanso. No prolongues ni un minuto los periodos de descanso que te fijes. Casi nadie puede estudiar, por ejemplo, dos horas seguidas sin descansar. Aprovecha los periodos de descanso para: ir al servicio, merendar, llamar a los amigos, hacer recados.
- No abuses de la tele. Si hay algún programa que quieras ver, inclúyelo en tu horario de estudio como un periodo de descanso.
- Si estás inseguro y crees que te faltará fuerza de voluntad, pide a tus padres que te ayuden a cumplir el horario.
- Tus padres te pueden ayudar también, por ejemplo, tomándote la lección.
- ¿Cuánto estudiar a diario?. Entre 2 y 3 horas al día y 5 ó 6 días a la semana.
- Pase lo que pase NUNCA duermas menos de 6 horas por la noche. El cansancio te hará rendir menos.
- Evita que tus amigos llamen durante el estudio. Diles cuáles son tus ratos de descanso para que te llamen en ese momento.

Aprendiendo a estudiar, para enfrentar los contenidos de la PSU.

Revisaremos qué método hay que utilizar para estudiar diferentes materias como las que te tocara rendir al final de año en la PSU y, cuál es el más apropiado para aprovechar al máximo nuestras capacidades, es decir, aprender más en menos tiempo.

Todo estudiante se organiza por sí solo, creándose hábitos de estudio, sin embargo, muchos tienen dificultades y obtienen resultados inferiores a sus esfuerzos porque trabajan de un modo desordenado y desperdician sus energías.

Hay que tener una disposición adecuada frente al estudio, es decir, motivación. No se aprende por la fuerza, si uno no desea aprender aunque esté rodeado de los mejores libros y maestros, no hay aprendizaje.

Entonces, un primer paso que hay que dar cuando enfrentamos los contenidos, es tener una actitud positiva, entusiasmo, voluntad de aprender y conocer.

Algunos no aprendemos porque no estudiamos lo suficiente y otros estudian bastante, pero los resultados no son los esperados. En este caso sucede que los alumnos no saben cómo estudiar.

Aprenderemos mejor aquello que tiene un significado para nosotros, conocer la importancia de los contenidos que te medirá la prueba de selección universitaria nos colocará en una posición más abierta al estudio.

Realizada la primera etapa de sentirnos motivados a estudiar, en segundo lugar hay que revisar nuestros hábitos de estudio, que es la repetición del acto de estudiar realizado en condiciones ambientales de tiempo, espacio y características iguales.

¿Cómo puedo adquirir hábitos de estudio?. Con constancia y perseverancia, organizándote mental y físicamente para lograr un fin determinado de modo eficiente. Cuando tu aceptes en forma voluntaria que desea estudiar, mejora la concentración y la atención, así podrás rendir más.

Para convertirte en un alumno eficiente es necesario programar tu trabajo escolar, con el fin de realizar una adecuada planificación del estudio, tienes que tomar en cuenta los siguientes factores:

Organizar el espacio: es decir, organizar el lugar donde vas a estudiar todos los días. Este espacio debe ser libre de distractores, sin radio ni televisión encendidos. Bien iluminado, silencioso, procurando no ser interrumpido constantemente.

Dentro de lo posible, debes disponer de un escritorio o mesa de trabajo, con todo los material necesarios cerca, para no perder tiempo interrumpiendo el estudio.
Tienes que sentarte en una silla frente a la mesa, adoptar una posición cómoda y apoyar los pies en el suelo. Nunca debes estudiar en la cama acostado, ya que esta es un lugar apto para el descanso.

Organizar el tiempo: cada persona posee un ritmo propio de aprendizaje. Por eso es importante, llegar a conocerse bien; una adecuada planificación del tiempo distribuida de acuerdo a nuestras propias capacidades para rendir en forma satisfactoria.

Los contenidos e la PSU no son materias que se aprende con una sola leída, necesita de varias repeticiones para llegar a comprender bien su significado. Por lo tanto, cuando planifiques el calendario de estudio, tienes que tomar en cuenta que necesitas varios días para llegar a comprender plenamente lo que estudias.

Planificar las actividades en un horario nos permite crear un hábito ordenado y responsable.
Para organizar nuestro tiempo de estudio es necesario considerar también los períodos dedicados al descanso, la diversión, el deporte, las obligaciones familiares y sociales.

La confección de un plan de estudio la debes hacer en forma realista, nunca planifiques horarios irreales.

Una hora de estudio bien realizada es una hora totalmente aprovechada; si pasas tres horas frente a los cuadernos sin concentrarte, habrás perdido el tiempo y te engañarás a ti mismo pensando que "estudiaste toda la tarde".

Si estudias una hora a una hora y media diaria en forma constante y permanente, estarás al día en todas las materias, tendrás tiempo suficiente para muchas otras actividades. Por eso, es mejor que estudies todos los días un poco, que mucha materia en pocos días.

No es conveniente estudiar de noche, ya que esta es necesaria para descansar, hay que dormir de ocho a diez horas diarias, así tu rendimiento será mejor.

Los buenos resultados en el estudio los conseguirás realizando un trabajo bien hecho, con métodos y hábitos apropiados.

Algunas razones para estudiar
Para estudiar tenemos que estar motivados y esta motivación puede tener un carácter externo o interno al individuo, en cualquier caso podríamos reflexionar sobre razones que nos motivarían a estudiar, para ello vamos a pensar en distintas situaciones:
Hay personas a quienes el acceso al conocimiento les ha sido negado (personas mayores que tú, infancia trabajadora....). Ellos se encuentran en franca desventaja para integrarse en la sociedad actual en igualdad de condiciones al resto de los ciudadanos. Este no es tu caso, eres afortunado por vivir en una sociedad que te ofrece oportunidades educativas, es decisión tuya beneficiarte de ellas, ¡aprovéchalas!

La adquisición de conocimientos y la reflexión sobre los aprendizajes adquiridos ayudan a las personas a forjar un pensamiento más crítico y autónomo, a crecer personalmente como seres sociales y competentes, a tener ideas propias y a adoptar un posicionamiento más claro y consecuente ante las diversas situaciones que tarde o temprano se plantean en la vida.
La relación estudio/trabajo bien remunerado/éxito personal/situación social, no siempre está clara, por eso es necesario encontrar ese equilibrio entre formación para lograr un puesto en la sociedad, que te permita vivir de forma autónoma e independiente, y la satisfacción y el desarrollo personal que aporta la adquisición de conocimientos.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la educación ofrecen la posibilidad de aprender de forma entretenida, adaptándose a las posibilidades de cada uno, utiliza esta posibilidad no sólo como entretenimiento, también para aprender.

Otras páginas de interés:
http://www.sectormatematica.cl/orientacion/tecestudio.htm
http://www.mujerpalabra.com/secundaria/pages/metodologia.htm

!Y ahora¡ ¿Cómo trabajar la matemática?
Lo primero es tratar de entender.

Y .... ¿Cómo se hace para tratar de entender? Aquí tienes un refrán que te recuerda la fórmula: Oigo, y olvido. Veo, y recuerdo. Hago, y entiendo.

Saber matemáticas es saber hacer cosas con lo que aprendes. Por eso cuando estudias matemáticas debes tener constantemente tu mente en acción. Repite los ejemplos, resuelve los ejercicios, inventa otros.

Repite a tu modo las gráficas, imágenes y esquemas que el texto te va proporcionando. Haz tú mismo las que te puedan ayudar a dominar lo que lees.

Los diferentes objetos matemáticos son herramientas para hacer algo con ellos. Entérate bien a fondo para qué sirven y cómo se manejan.

No trates de memorizar nada antes de haber experimentado un buen rato con los objetos que tienes delante. Observa con atención los diferentes pasos por los que procedes. Esto es lo más interesante que has de tratar que quede en tu memoria.

No dejes que las cosas se te oxiden por no usarlas. Cada semana trata de activar, hacer ejercicios, problemas que tienen que ver con las cosas que esa semana has aprendido. Cada mes trata de activar las cosas que has aprendido a lo largo del mes. No hace falta que esperes a que venga la PSU.

Memoriza lo que es de uso constante. Te vendrá bien aprender de memoria alguna que otra fórmula sencilla y de uso constante, pero nunca trates de retener fórmulas complicadas en la cabeza. Te equivocarás con frecuencia. Más te vale tratar de retener las ideas del proceso por el que se llega a ellas.


Cómo trabajar los textos de matemática.

El trabajo con textos de matemáticas se hace más fácil procediendo en espiral. Dale a la sección o tema una primera pasada. Muchas cosas son fáciles. Otras quedan oscuras. A la siguiente pasada verás que algunas de las oscuras te resultan más claras.

Activa lo que ya sabes relacionado con el tema. Tu actividad, debe comenzar comprobando cómo, con lo que ya sabes puedes ir realizando tú mismo los ejemplos y ejercicios aclaratorios.

Trabajando tema debes asegurarte de que entiendes las ideas que se exponen, de que te resulta claro, cómo los ejemplos corresponden a esas ideas y de que tú mismo eres capaz de desarrollar esos ejemplos.

Si los ejercicios te resultan difíciles, vuelve a leer pausadamente lo que precede del tema. Es posible que algo que hay ahí se te haya pasado por alto. En una primera pasada trata de hacer algunos de los más sencillos y más adelante, en posibles vueltas sucesivas, harás el resto.

Ejercítate en hacer problemas con método. Hacer muchos problemas es muy bueno. Mejor todavía es hacerlos con cierto método para aprovechar mejor el tiempo que en ello empleas

Técnicas de estudio para Lenguaje, Historia, Ciencias Sociales y Ciencias

Las técnicas de estudio corresponden a las diversas formas o métodos que permiten hacer un trabajo de la manera más eficaz. Se puede ser bueno para el estudio porque se domina una o varias técnicas correctas.

Veremos a continuación las técnicas de estudio más apropiadas para el estudio de la Historia y ciencias Sociales.

El aprendizaje, en gran parte, se realiza a través de la lectura. Para aprender se necesita comprender el texto y determinar las ideas principales. Leer bien es uno de los objetivos más importantes. En este caso, se lee más lento, con atención y comprensión de lo leído.
Habrás entendido, cuando puedas explicar lo leído en forma oral o escrita.

Para comprender un texto de estudio es necesario: Una buena iluminación y una postura adecuada. Antes de leer, hojear el texto, detenente con atención en el título, el autor, el índice, etcétera, para familiarizarse con la materia. Luego de esto, podemos comenzar a leer el contenido.
Localiza la idea principal de cada párrafo o capítulo.
Distingue las frases secundarias. Estas sirven para reforzar o ampliar la idea principal, suelen ser repetitivas y reiterativas.
Expresa lo leído en resúmenes, esquemas o fichas.
El único sistema para perfeccionar la lectura es practicarla a diario. Al leer es conveniente que dispongas de un diccionario, ya que su uso es imprescindible si quieres comprender el significado de las palabras que no conoces; además, ello amplía tu vocabulario.

El subrayado es una técnica que facilita el estudio: ayuda a la retención de las ideas principales, a la confección de resúmenes o esquemas, mejora tu atención y hace más eficaz el repaso. Un subrayado bien hecho puede ahorrar mucho tiempo; el momento más adecuado para hacerlo es cuando hayas comprendido lo leído.

Si tomas apuntes sigue las mismas reglas que para el subrayado. El objetivo es el mismo, es decir, fijar los elementos esenciales del texto. Pero, además, permite reestructurar la información del modo que nos resulte más cómodo, comprensible y útil.

Para tomar buenos apuntes tienes que recordar, recorrer con la vista un párrafo o capítulo extenso del texto antes de tomar los apuntes, para captar bien su estructura, escribir los apuntes de modo que sean comprensibles para releerlos, aun cuando haya pasado cierto tiempo.

Otra forma es hacer resúmenes, que deben tener una extensión no superior a la cuarta parte del texto original; las ideas deben estar integradas y relacionadas.
El resumen facilita la comprensión, y ayuda al repaso de las materias. Lo que se escribe se recuerda mejor que lo leído.

Otra forma de estudiar es organizar la información en esquemas que facilitan la percepción y el recuerdo de las relaciones entre las ideas; además, es una técnica cómoda al momento de realizar repasos antes de una prueba.

Para hacer un esquema hay que tener presente las siguientes cosas:

Definir la idea central del texto.
Anotar ideas secundarias, consecuencias de la idea central.
El esquema debe contener la información más importante con el mínimo de palabras.
Debe ser coherente y comprensible.
Hay que estructurar la información de modo que se pueda visualizar al primer golpe de vista.
Es recomendable elaborar el esquema con lápiz de mina y goma, a fin de poder ir modificándolo.

Algunos tipos de esquemas son:

A. COMPARATIVOS: Se utiliza habitualmente cuando tienes que establecer semejanzas y diferencias entre dos conceptos. La forma de expresarlo se presenta en el modelo que sigue, el que solo para efectos de no saturarte con información se ha omitido el texto. Intenta completar un esquema similar con algún tema y texto de tu elección:

B. JERARQUICOS VERTICALES: Se utiliza de preferencia cuando se identifica un concepto o idea principal, que se desglosa en ideas secundarias y estas, a su vez, se ramifican en detalles, características o ejemplos, siguiendo, como su nombre lo dice, un orden jerárquico. Observa el ejemplo, al que se le ha omitido el texto, e Intenta hacer uno con algún tema de tu elección:


C. SECUENCIADOS: la ordenación puede realizarse atendiendo a variables como: paso del tiempo, cambio de forma o cambio de un conjunto de características variables. Se utiliza preferentemente en contenidos que fechas o etapas secuenciales. Nuevamente se ha omitido el texto en el ejemplo siguiente. Intenta completar uno distinto con algún tema de tu elección:


Para detectar qué esquema elegir utilizar con los textos a estudiar, es necesario primeramente:

· Leer el texto completamente
· Leer cada párrafo y determinar de qué se habla en cada uno”

Reflexiones sobre "El Estudio" y el "Arte de Estudiar"
Las técnicas de estudio

Carlos Salinas, España

Llevo realizadas muchas tareas, algunas muy dispares, pero existe una especie de "hilo rojo" que permanece a pesar de los cambios: la enseñanza. A pesar de no buscarlo deliberadamente, de una manera u otra siempre terminé impartiendo clases (o charlas, o conferencias -que es lo mismo, pero con corbata-) sobre temas ligados a mis experiencias e intereses. Un destino singular, sin duda, para quien nunca se identificó con una vocación de maestro. Pero estos son los hechos.

Y ahora, para seguir la tradición, me gustaría reflexionar sobre algunas cosas que he observado, controlado y experimentado en aproximadamente unos 37 años de enseñar a adultos, jóvenes y niños (actividad que, excepto en algunas épocas, nunca fue central). Un detalle, jamás tuve oportunidad de hacerlo con personas ancianas... son los únicos "conejitos de indias" que me faltan.

Lamentablemente en este campo hay muchas palabras y pocas nueces. ¡Si pareciera que estamos en el Congreso!

1 - La IMAGEN es la clave del recuerdo

No se requiere ser pintor o frecuentador de las artes plásticas. Todos tenemos esta propensión biológica. Las imágenes nos llaman y nos seducen, luego es lógico que sean mejor recordadas que las palabras, los sonidos o los olores. El truco, en lo que se refiere al estudio, es traducir los conceptos abstractos a imágenes. Algunos lo hacen con facilidad, a otros le cuesta horrores. Pero en todos se puede incrementar esta facultad natural.

Acostúmbrese a usar esquemas (palabras unidas con flechas).Acostúmbrese a imaginar situaciones donde se aplican los conceptos que aprende. Imagine que es un director de cine y que tiene que dar forma visual a lo que lee o piensa. El esfuerzo deliberado en este sentido se verá recompensando por recuerdos más fiables (aquellos que nos salvan a la hora de un examen, o de una pregunta comprometida).

2 - ¡Atención a la atención!

No estamos atentos. Excepto que un perro nos muestre los dientes y gruña terroríficamente, no solemos atender con los cinco sentidos. Y lo peor es que no nos damos cuenta; nuestra "desatención" nos pasa desapercibida. Como el pájaro surrealista de "La Isla" la novela filosófica de Aldous Huxley, alguien debería gritarnos cada pocos minutos ¡Atención a la Atención!

La atención es una capacidad que se esta reduciendo en nuestra época. (como señala Neil Postman en "Divertirse hasta Morir" (Ediciones de La Tempestad. Bcn, 1991)

La flojera en la atención tiene consecuencias: nuestros recuerdos son débiles y caprichosos. La memoria no nos ayuda porque ni siquiera creamos circuitos neuronales suficientemente estables. Todo ello tiene un remedio, tan sencillo como difícil: prestar atención con todos los sentidos. "Observar con atención equivale a recordar con claridad" (Edgard Allan Poe. "Los Crímenes de la calle Morgue)

3 - ¡La comprensión también se olvida!

Algunos ingenuos creen que la clave del recuerdo está en la comprensión. ¡Mentira! Uno puede leer todo un diario de cabo a rabo y luego, si nos preguntaran sobre lo leído, apenas mantener alguna información en la cabeza. Es como si hubiéramos leído en trance hipnótico.

La comprensión de un texto, o de una conferencia, es una condición necesaria para el recuerdo... no una condición suficiente.

"¿Recuerdas lo que dijo?". "No", contesta la mayoría, pero era muy interesante. Solemos recordar nuestras sensaciones y emociones con mayor prolijidad; las ideas -sobre todo si son complejas- se van con quien las enuncia.

"(La memoria)...en lo que ha de dar pena es prolija, y en lo que había de dar gusto es descuidada" dice Baltasar Gracián (en "Oráculo Manual y Arte de la Prudencia" -1647- ). Este aparente capricho de la memoria resulta de escuchar sin atender "a-fondo"; quedamos expuestos a los detalles que captan nuestra atención inconsciente. Lo más abstracto se pierde.

4 - ¡No hay aprendizaje sin actividad!

Cuanto más activo, menos olvido. Se trata de "actividad" mental, no física. La pasividad, la simple receptividad, con ser buena... tampoco es suficiente.

Incrementar la actividad -en situación de "alumno"- puede ser la cuadratura del círculo. Cuando uno está como alumno no tiene muchas oportunidades de ser activo; de ahí que en un clase el que más aprende suele ser el que menos lo necesita... el maestro.

El alumno está en una especie de jaula. No debe moverse, no debe hablar (excepto para formular alguna pregunta), no debe, en suma, obstaculizar el proceso estereotipado de la clase ¿cómo demonios incrementar la actividad?

La respuesta es única: tomando notas. Al hacerlo uno se mantiene despierto y sigue el proceso del pensamiento que expone el profesor.

Tomar notas es costoso. Se gasta bastante energía y puede correr el peligro de perder partes interesantes de la clase. Más la solución no está en abandonar esta actividad sino en perfeccionarla: notas telegráficas, incompletas, rápidas, con "letra de médico". Notas que lleven poco tiempo y que permitan mirar al profesor el mayor tiempo posible.

5 - La toma de notas es un test de inteligencia

Cuánto más tonto, más detalladas y prolijos serán los apuntes tomados en clase. Notas extensas, cabeza hueca.

Las "notas" deben ser breves e incompletas. El estudiante hace una apuesta para "después" de la clase. Se trata de utilizar esas pocas palabras registradas como estímulos para recordar todo el pensamiento expuesto. Luego, ya más tranquilos, podemos completarlos agregando todo lo que la memoria nos proporciona.

Las "notas" deben ser como la "lista de la compra" en un ama de casa eficaz, breves y sustanciosas. ("Eficiencia: ...esa perfección ... que incluye la aprehensión de todas las posibilidades mediante las cuales se puede obtener legítima ventaja". Edgard Allan Poe. "Los crímenes de la calle Morgue")

Al principio tomar notas de esta manera es preocupante. Uno tiene miedo de registrar demasiado poco. Sin embargo la experiencia repetida va mostrando "cuánto" y "qué" anotar. El que no se arriesga no aprende. El que no se arriesga no sigue la clase con interés; la comodidad puede ser un enemigo del aprendizaje. Una persona "inteligente" no es aquella que "no comete errores", sino alguien que aprende de sus errores.

6 - ¡El repaso es la clave del examen!

Notas breves incitan a repasarlas para completarlas (lo ideal, dentro de las 24 horas siguientes). Y ésta es otra cualidad de las notas breves... que no pueden dejarse sin completar so pena de no entenderlas semanas después.

Sólo el repaso consolida lo comprendido. El repaso elimina gran parte de las singularidades caprichosas de la memoria; más debe hacerse con método, sujetarlo a un calendario. Una vez escuchado un tema el primer repaso debe ser pronto. Los siguientes se van espaciando conforme a una progresión casi geométrica. Resumiendo, el primero al finalizar la clase; luego a las 24 horas, a la semana, al mes, a los seis meses.

Los expertos aseguran que con estos cinco repasos los temas quedan "encolados" de por vida. De todas maneras aún no he conocido el alumno que los haga. En la práctica podemos reducirlos a las 24 horas, y al mes. El resultado no será tan completo, pero se mantienen los mínimos requeridos para cualquier examen universitario (siempre que la persona sea joven; en caso de mayor edad... se recomienda un poco más de esfuerzo).

7 - Escribir para pensar mejor

Si alguien quiere aprender... que escriba. Cuando se realiza la operación tan sencilla como poco practicada de poner por escrito nuestro pensamiento, algo pasa. Uno se permite decir muchas tonterías cuando habla; al leerlas "saltan" a la vista (no siempre, por supuesto; estos apuntes podrían ser una prueba).

Al hablar, las frases quedan inconclusas y el interlocutor también entiende. Al escribir tenemos que terminar lo dicho; no valen gestos que ilustran mejor que mil palabras. Hay que ajustarse a una disciplina: poner una palabra detrás de la otra.

Un consejo: llevad un diario. Un cuaderno anónimo donde vayaís escribiendo diversos avatares de la vida cotidiana. No se trata de hacer literatura. Escribir sencillo para pensar con claridad; todo lo contrario de lo que suelen hacer los políticos.

Escribir es "regar" la planta del pensamiento reflexivo. Una herramienta esencial, si se desea "aprender" toda la vida.

8 - Para sobrevivir en la universidad ¡sea esquemático!

Un consejo que dan algunos estudiosos, y es cierto. Pero no sólo para la universidad; vale para cualquier actividad donde se manejen ideas y donde haya que tomar decisiones.

En este contexto "ser esquemático" no significa nada malo. Quiere decir: "¡Haga muchos esquemas!". No se trata de reducir la complejidad de la vida, sino de eliminar todas las palabras sobrantes. Convertir el pensamiento en un tablero de ajedrez donde cada idea tiene un lugar y un valor, al igual que los trebejos del juego.

9 - Quien se autoexamina, ¡APRUEBA!

Un estudiante eficaz es autosuficiente: no necesita del examen para enterarse si realmente conoce el tema. De allí que, intuitivamente o por método, dedica gran parte de su esfuerzo a elaborar exámenes privados. Un estudiante eficaz se autoexamina antes de que lo hagan los demás.

Por otro lado, crear un cuestionario es una excelente forma de repasar. De allí que no se pierde el tiempo. Haga la prueba; trate de crear un cuestionario de examen sobre la materia que estudia (como si fuera un profesor más) y verá lo que sucede.

Otra posibilidad es contar lo que sabemos a alguien que nos pida ayuda. Intentar transmitir lo que se sabe es la mejor manera de reflexionar sobre ello. Como decía Sherlock Holmes : "no hay nada que aclare tanto un caso como el exponerselo a otra persona..." (for nothing clears up a case so much as stating it to another person...) (A. Conan Doyle, "Silver Blaze")

10- Duplicar el tiempo

Todos los habitantes de las ciudades tenemos poco tiempo. Las actividades se suceden sin interrupción. Y cuando nos queda algo, la industria del ocio se lo lleva todo. La televisión es la gran asesina de muchas autopromesas de "fin de año". Y no se trata de que lo haga por contar estupideces... sino porque roba el tiempo necesario para "hacer" aquello que en fecha señalada nos propusimos.

Gestionar el tiempo es clave para aprender algo sistemáticamente. El tiempo es un bien escaso; más aún que el dinero. El dinero va y viene, el tiempo sólo se va.

Recordemos: a los hábitos solo se los puede cambiar construyendo nuevos hábitos. Y para ello se necesita tiempo.

Como dice J.L. Servan-Schreiber: "creemos que la diversidad nos va a cambiar, y es la monotonía la que nos cambia".

Un obstáculo importante en nuestra administración del tiempo está en las emociones. Hemos desarrollado -en muchos casos- una equiparación tan incorrecta como saboteadora: controlar el tiempo es un aspecto más del trabajo. Me refiero al "trabajo" como medio de supervivencia; a la maldición bíblica; a lo que hacemos para ganarnos la vida. Luego, evitamos inconscientemente aplicar esa medida a las tareas lúdicas o de autodesarrollo.

¡Pues falso! Cobremos conciencia que nuestra vida está hecha de tiempo. Cuando el tiempo se nos acaba... ¡se acabó! Mientras nos queda tiempo, hay cosas por hacer y por disfrutar. Luego es un derroche absurdo "¡perder el tiempo!". Dicen los hindúes que a cada humano se le asigna un número finito de respiraciones. No podemos cambiarlo, sólo podemos inhalar y exhalar más despacio. Las respiraciones serán las mismas, están contadas, pero la vida será más larga.

Quizá sea una metáfora. Pero una metáfora importante. Quizá llevemos una "bomba de tiempo" en nuestro interior, y cuando suena el reloj estalla. En todo caso llamo la atención sobre que gestionar nuestro tiempo no es "moco de pavo". Demos al tiempo su valor.

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